contar La Villa – Solar de Valdeosera

1. La Villa

La villa se sitúa en lo alto de una ladera de la montaña de Valdeosera, al pie del pico Atalaya, cuya cota es de 1512 metros.

Cabe diferenciar un recinto cerrado que se corresponde con un poblamiento del siglo X o del XI, una ampliación de la cerca hacia el norte, donde se ubica la Casa de Juntas del Linaje y la iglesia, y una ampliación en diseminado de principios de la edad moderna.

El caserío de estilo gótico rural, construido a sillarejo con lascas cortadas a martillo y colocadas a hueso. Son construcciones de dos plantas realizadas con técnicas primitivas y por ello, inestables frente a los esfuerzos transversales, lo que ha producido en algún edificio que reviente como si explosionara una bomba en su interior.

En su interior, los suelos son vigas de madera con tejuelos del mismo material, cortadas con azuela y recubiertas por lascas grandes de pizarra sobre tierra, y mas reciente (S-XVIII) con yeso que se enceraba. Debajo de las tejas existen las antiguas lajas de pizarra que cubrían el tejado.

Consta de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XIII, de la Casa de Juntas o Casa Solar y de trece casas más cada una perteneciente a una de las trece devisas. En el apartado de etnografía están identificadas.

La orientación de las edificaciones, curiosamente, es hacia el norte, evidenciando su carácter militar de funciones de defensa y vigilancia.

2. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Valdeosera

La planta es de una nave rectangular, de dos tramos, con una capilla mayor cuadrangular, más ancha que aquella por el lado del evangelio, con brazos poco profundos y cabecera ochavada de tres paños.

Los muros son de sillarejo cortado a martillo, reforzado por cuatro estribos marcando los tres paños del ábside. Son prismáticos, rematados en talud chapado muy por debajo de tejado y llevan dos dejas ataludadas. Su parte superior va realizada con mampostería arrimada con pies de madera para soporte del tejado.

El exterior lleva adosado al norte el cementerio. El interior está enfoscado. La nave lleva bóveda de cañón apuntado, seguido, apeando en dos arcos de medio punto que arrancan directamente de los muros, la capilla mayor se cubre con una cúpula rebajada o baíde sobre cuatro arcos de medio punto, sirviendo los laterales de embocaduras de las capillas, y se acusan simplemente por fajas cajeadas de yesería con decoración de ondas, decoración que aparece también en la base de las pechinas. El ábside lleva bóveda de horno y pinturas de los cuatro evangelistas, fechadas en 1839. 

Hay una ventana rectangular, abierta postizamente en el muro lateral de la epístola en la cabecera, con durmientes de madera. Otra hay en el centro a los pies.

La portada antigua estaba en el penúltimo tramo al sur. Era de medio punto con impostas abiseladas y ahora es embocadura de una capillita para batisterio.

La torre está situada en el ángulo noroeste de la nave, aprovechando dos de sus muros para su asiento. No presenta más cesura en estos para delimitar cuerpos que dos impostillas en el alto en el que hay dos huecos de campañas en arco de medio punto hacia los pies y otro hacia sur, todos ellos sin ningún topo de encapitelado que separe la jamba del arco, cuya rosca es de ladrillo.

Quedan restos del coro alto de madera en el último tramo, desde el que se accedía a la torre.

De todo lo dicho se deduce que estamos ante una iglesia medieval rehecha en diversas ocasiones.

La nave con cañón corrido y la portadilla de medio punto, indican una obra de tipo románico, que habrá de relacionarse con el románico serrano del tipo de las iglesias de Larriba, Montalbo, Zenzano, El Collado, Robres, etc…, que son construcciones tardías, de hondo sabor popular, probablemente realizadas muy avanzado el siglo XIII o incluso después, de lo que sería testimonio el ábside ochavado con estribos bajos que presenta ésta y es relacionable con el gótico del siglo XIV. Ello le presta un estimable valor, al ser tan raras las manifestaciones del románico popular en la sierra camerana, desaparecidas al reconstruirse sus iglesias en el siglo XVI.

Luego, en la edad moderna, se trataría de adecentar y ampliar realizando la nueva capilla mayor, cuyo eje no coincide con la nave.

Sabemos por documentos escritos, que hacia 1595 el cantero Pedro del Río y el yesero Villativa construían la sacristía; que en 1593 se hacía el sagrario por Juan de Vidaje, y que entre 1612 y 1614 el carpintero Martín de Arandía rehacía los tejados de la capilla mayor; capilla mayor que desaparecería pronto, pues entre 1622 y 1630, Domingo de Larrañaga, cantero que interviene en otras obras serranas de la época (Laguna, Ajamil, etc…) construirá otras, probablemente la actual, dado el sistema constructivo que presenta, de forma que en 1635 se realiza el retablo mayor y hacia 1656 los laterales.

De todas formas su aspecto actual y yeserías, corresponderán a un arreglo general de finales del siglo XVIII.

Pero tales noticias no alcanzan prácticamente a lo que más nos interesa, pues los libros de fábrica no van más allá de 1593.

Y debió ser en el siglo XVI cuando la vieja espadaña fue cegada y recortada para construir la actual torre y cuando se reforzó el cañón de la nave con los arcos fajones existentes.

Por último, reformas del siglo XIX y XX, traerían la ventana de la cabecera de la Cilla o granero, que se colocó sobre el ángulo suroeste de la nave, tras el pórtico, y más tarde la sustitución de éste por la escuela, que obligó hacia 1940, a cegar el ingreso primitivo.

Ver rehabilitación en solapa específica.

3. Fuente Medieval

En las afueras de la Villa, hacia el norte, existe una fuente construida en época medieval a base de lajas pizarrosas, aunque haya perdido su frontis y la forma actual pueda ser del siglo XVI.

Continuando el camino que conduce a esta fuente hay un lavadero, también de lajas de pizarra, reformado en época reciente, que ha sido utilizado hasta finales de los años sesenta, en que el último vecino, Don Julio Martínez Íñiguez y su familia, abandonaron el lugar.